Doy gracias por esas personas que no se olvidaron de mi
que saben que no estoy muerto,
sólo privado de mi libertad.
Tengo presente quién se animó a acompañarme aquí.
Tengo rencor con los que me dieron la espalda
¡fueron tan traicioneros!
como una 9mm que se traba
dejando una bala en la recámara.
Todo tiene un precio,
y lo estoy pagando.
Lo acepto pero nada es para siempre,
salvo los poemas que yo escribo
¡esos si son para siempre!
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